jueves, 31 de mayo de 2012


a F. C.

Concluí bajo el brillo las ganas de volver a mí.

Creí buscarme y me alejaba.

Dimití frente al mar.

Me extraño,
este nuevo sol me hace extrañeza.

Quizás (como siempre no del todo nada, ¡por suerte!),
los huesos culturales me duelan.

Quizás el ser (como siempre, ¡qué bueno!).

Me extrañaba,
este retorno no  me contesta nada y me calma.

La maternal poesía,
o la novia que aguarda,
sigue bajo el mismo árbol de la plaza.

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